viernes, 1 de agosto de 2008

Sorpresas

Hace años que perdí la esperanza de llegar a mi casa y encontrarme con una agradable sorpresa, o que me dieran una bonita sorpresa durante el transcurso de la tarde.

Al contrario, siempre me llegan malas noticias ya que estoy en mi casa.

Por eso a veces ni quiero llegar, porque nunca se sabe que puede estarme esperando al llegar a casa.